Paisajes espectaculares. Pero sin ciclistas que realicen este trayecto en bicicleta. Vamos solos. Solamente cuatro caminantes. La casera donde se alojaron César y Joserra les advirtió de la dureza de la WHW hasta Fort William en bicicleta y no se equivocó lo más mínimo. En nuestro trayecto nos desviamos varias veces de la WHW, esperemos que sea suficiente.
Tras la carretera volvemos a la senda de la WHW, salpicado por torrentes que se precipitan en forma de cascadas. Paisajes de nuevo increíbles.
Poco a poco el sendero se estrecha y se vuelve impracticable para la bici hasta el punto de tener que estar porteando la bici cada unas pocas pedaladas. Increíblemente duro. El tramo parece no tener fin.
Llegamos al hotel de Inversnad. Cogemos el ferry que aún funciona hasta la otra orilla del lago Loch Lomond.
Buscamos acampada. Fuego y comida hacen olvidarnos de las penurias pasadas a lo largo de la tarde.
El ferry nos ahorró hoy unos kilómetros y nos trajo a un paraje de belleza sin igual.
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