Estamos en extremo irritados y agotados, y necesitamos descanso, descanso, descanso.
Afortunadamente, hoy no nos toca pedalear, por lo que no necesitamos privarnos esta vez de dormir; no creo que pudiéramos prescindir de un buen descanso esta noche tras tantos días de viajes por estas tierras inhóspitas.
Esta tarde, un carruaje con dos hombres llegó a la casa vacía cuyos terrenos colindan con los nuestros, casa en la cual nosotros estamos hospedados. Los hombres se detuvieron ante el portón para preguntarle al portero por el camino, ya que eran forasteros. Yo mismo estaba viendo por la ventana de mi habitación, mientras hacía tiempo después de la cena, y vi como uno de los hombres se acercaba a la casa, examinaban nuestras bicis y con cara circunspecta, continuaban su camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario