Llegamos a la terminal 1, Barajas. Fin del trayecto y de nuestra aventura rumana. Solo nos quedaba una promesa por cumplir. Y lo que promete un montaraz del norte, lo lleva a cabo. Nuestro gran amigo Cristian nos pidió que lleváramos a Nicoletta una pulsera bendecida del monasterio Ghighiu. Así que partimos hacia allí a cumplir nuestra última misión. Un reencuentro entrañable que se hizo corto. Gracias a los dos por habernos acercado a este país tan desconocido como maravilloso.
- martes, 28 de julio de 2015
UNA PROMESA CUMPLIDA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario